RELACIONES
FAMILIA Y ESCUELA
Si
nos basamos en hechos objetivos, las familias (padres) intervienen dentro del
ámbito escolar en el Consejo Escolar principalmente y a través de asociaciones
de madres y padres (AMPA’s). Pero no solamente nos referimos a las dificultades
en las relaciones dentro de los órganos de gobierno de la escuela, sino que
engloba todo lo concerniente a la interacción de las familias con la escuela y
viceversa.
Existen
estudios que indican las premisas que solicitan los padres, las familias, para
sus hijos (CEAPA, 2004). Algunos de ellos son los siguientes:
·
Un sistema educativo de calidad que
cuente con la financiación necesaria para poder cubrir todas las necesidades
materiales y profesionales que necesitan los niños.
·
Un sistema educativo
competente a nivel europeo, en lo que respecta a la preparación y capacitación
técnica de los alumnos, disminuyendo los porcentajes de fracaso escolar.
·
Los padres quieren que las
escuelas preparen a sus hijos para el desenvolvimiento profesional adecuado y
ofrezcan garantías de poder entrar en el mercado laboral desempeñando un puesto
de trabajo “acomodado”.
·
Se busca una escuela en la
que se lleve a cabo un verdadero trabajo en equipo del profesorado,
convirtiendo al centro en un conjunto y
no en una suma de acciones de aula; y en la que haya un seguimiento más
individualizado de los alumnos y una auténtica labor de orientación educativa,
cubriendo las necesidades de todos y cada uno de los alumnos.
·
Los padres quieren que se
revisen los contenidos curriculares y que éstos se orienten hacia la formación
de ciudadanos cultos y críticos.
·
A pesar de que en las
últimas décadas el debate escolar ha priorizado el cómo de la labor educativa,
los padres consideran que la metodología suele ser excesivamente mecánica,
masiva y uniforme, recurriendo en la mayoría de aulas al seguimiento del libro
de texto. Por lo tanto, se demanda también una revisión de las metodologías,
valorando muy positivamente procesos de enseñanza-aprendizaje innovadores,
participativos e integrales.
·
Unido al debate sobre el
contenido y las metodologías, debemos plantear la necesidad de una reflexión
acerca de las finalidades que persigue el sistema escolar, apostando por una
mayor calidad educativa en beneficio del
alumnado.
·
Los padres desean un
sistema escolar flexible en su estructura y organización que se amolde a los
cambios sociales y familiares experimentados.
·
Por último, los padres y
madres esperan que “la nueva reforma consolide la democracia en los centros
educativos, lo que no solamente consiste en recuperar las competencias de los
consejos escolares, sino también en convertirlos en órganos operativos y
eficaces” (Martínez Cerón, 2004a, p. 18).
Todas estas premisas (o casi exigencias) que las familias
solicitan, así como el tiempo y/o interés que se tiene para que las relaciones
sean más llevaderas, hacen que se genere una serie de dificultades que pueden
ser resumidas de la siguiente manera (García-Bacete, 2003):
COMO
PADRE-MADRE
·
problemas de horario o
trabajo
·
¿dónde dejo a mis hijos
cuando tengo que asistir a una reunión escolar?
·
vivir lejos de la escuela
·
falta de conocimientos
suficientes sobre la escuela, los métodos educativos, etc.
·
algunos profesores se
sienten amenazados y actúan a la defensiva
·
el niño puede sentirse
intimidado ante nuestra presencia en la escuela la escuela no atiende nuestras
sugerencias, los profesores creen que “saben lo que nos conviene”
·
en ocasiones el centro o
la dirección no apoya las iniciativas de los padres
·
no entendemos el lenguaje
que maneja la escuela (p. e., PCC, PGA)
·
el corporativismo entre
profesores
·
el consejo escolar y la
AMPA pueden moverse por intereses particulares o partidistas
·
nuestros representantes en
los consejos escolares realmente no nos representan
·
no confiamos en nuestras
propias capacidades
·
nos frustramos porque
sentimos perder el control de la vida de nuestros hijos en favor de la escuela,
lo que nos genera inseguridad e incertidumbre
·
existen problemas de
comunicación entre familia y escuela en situaciones de crisis
COMO
PROFESOR
·
los padres utilizan la
escuela como si fuera una guardería
·
la falta de interés de los
padres
·
algunos padres adoptan una
actitud a la defensiva
·
pocos padres colaboran:
“siempre están los mismos”
·
la IP supone un gran esfuerzo
para el profesor (organizar reuniones,...)
·
falta de habilidades de
comunicación en los profesores, lo que les genera ansiedad
·
problemas de horario
·
la situación personal de
los profesores (p. e., hijos enfermos)
·
las ideas dominantes del
centro chocan con mis iniciativas de IP
·
la política educativa
puede estar interferida por determinados intereses
·
la idea de que las
decisiones escolares competen exclusivamente al personal escolar
·
algunos profesores no
respetan la cultura de los padres
·
la idea de que la
participación de los padres debe limitarse a los aspectos más tradicionales
Para terminar este análisis, se recogen una serie de estrategias
y acciones para promover la implicación parental en ámbito escolar.
·
Partir de la consideración
de familias y docentes como iguales, reconociendo y valorando, desde la
escuela, la contribución que las familias realizan al proceso educativo, por lo
que se plantean un trabajo cooperativo en un clima de diálogo y confianza
mutua, asumiendo que los padres deben tomar parte en las decisiones importantes
de la escuela, como la formulación de los objetivos o el proyecto educativo del
centro.
·
La escuela debe adoptar un
papel proactivo más que reactivo ante la colaboración. Los centros trabajan
para conseguir la implicación de las familias y de las personas, grupos u
organizaciones del entorno que puedan ayudar a los estudiantes a tener éxito.
·
Tratar de superar el
enfoque tradicional en el que solo participan algunos padres. Desarrollan
acciones para conseguir la implicación de todos los padres, considerando que
todos ellos tienen voz y que todas las voces deben ser escuchadas. Ello supone
que es necesario trabajar específicamente con algunas familias, atendiendo a
sus particulares circunstancias.
·
Plantear la colaboración
de los padres de alumnos de todas las edades, evitando que únicamente se
impliquen los padres de los más pequeños, como sucede con frecuencia. Para ello
diseñan fórmulas de cooperación adaptadas a las distintas etapas educativas.
·
Dedicar tiempo y esfuerzo
a motivar y a formar a todos los sectores implicados. Las familias, el equipo
directivo, los docentes y el resto de la comunidad educativa entienden la
necesidad y la utilidad de la colaboración, conocen sus beneficios y encuentran
sentido a la misma. Además, todos ellos reciben la formación necesaria para que
la colaboración sea eficaz.
·
Plantear la colaboración
con las familias más como una cuestión de calidad que de cantidad, por lo que
no tratan de llevar a cabo un amplio conjunto de actividades inconexas, sino
que realizan una planificación estratégica dirigida a profundizar en formas de
colaboración realistas y flexibles, así como susceptibles de adaptarse al
cambio para perdurar en el tiempo.
Estas características pueden orientar, en términos genéricos, el
diseño de programas eficaces de implicación parental y han sido recogidas en
las recomendaciones de mejora para el caso español formuladas por la Junta de
Participación de los Consejos Escolares Autonómicos (Consejo Escolar del
Estado, 2014).
Sin embargo, cada realidad plantea sus propias exigencias, por
lo que no existe una fórmula única para alcanzar buenos resultados, sino que
será necesario diseñar, desde planteamientos innovadores, modelos concretos de
colaboración que permitan que escuelas, familias y comunidades trabajen unidos
hacia una meta común.
BIBLIOGRAFÍA.
-
CEAPA (2004). ¿Qué sistema educativo
queremos?. Revista de padres y madres de alumnos, nº 80, Noviembre –
Diciembre 2004. CEAPA.
-
Consejo Escolar del Estado (2014). La
participación de las familias en la educación escolar. Madrid: Ministerio
de Educación, Cultura y Deporte. Recuperado el 15 de abril de 2015 de: http://www.mecd.gob.es/dctm/cee/encuentros/23encuentro/23encuentroceaedocumentobase2015.pdf?documentId=0901e72b81cba426
-
García-Bacete, F.-J. (2003). Las
relaciones escuela-familia: un reto educativo. Infancia y aprendizaje,
vol. 26, nº. 4, pp. 425-437. Recuperado el 15 de abril de 2015 de: http://lnx.educacionenmalaga.es/valores/files/2011/12/Relaciones-escuela-familia1.pdf
-
Martínez Cerón, G. (2004a). La
participación de los padres: una asignatura pendiente en el documento para el
debate educativo. Revista de padres y madres de alumnos, nº 80, Noviembre
– Diciembre 2004. CEAPA.
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